El único trozo de costa de la ría de Vigo que se ha salvado hasta ahora de una especulación y urbanización abusivas, a veces devastadoras, es Monteferro, un hermoso promontorio entre la bahía de Baiona y el resto de la ría. Como arqueóloga, aprecio también su evidente valor arqueológico, y hace tres años tuve ocasión de dar una conferencia al respecto en un local próximo al monte. Yo creía que se trataba de un espacio protegido, pero estando en Vigo he podido enterarme de que su preservación -hasta ahora- se debe a la valiente resistencia opuesta por la comunidad de propiestarios del monte a los especuladores y a determinadas autoridades.

Esa resistencia ha exasperado a los «promotores» hasta el punto de utilizar prácticas mafiosas, como amenazas o intromisiones en la comunidad de propietarios.

Sorprendente (¿o no?), estos hechos apenas han sido denunciados. Pero eso es una razón de más para darlos a conocer lo más ampliamente posible y que la gente comprenda que lo que se puede perder nos afecta a todos, no sólo a los vigueses sino también a los forasteros que amamos esa ciudad y ese paisaje privilegiado, expuesto ahora a sufrir un nuevo y asolador golpe.

Dolores Sandoval. Madrid.