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GALICIA

13/11/2009 | D. Vázquez | BAIONA


Las medidas antirriadas se desmoronan


La lluvia tira el muro sobre el río Groba, en Sabarís, y daña varios cauces fluviales de Oia

la pared derrumbada sobre el río Groba en Sabarís. // C. Pereira

El agua volvió a correr con fuerza ayer, de madrugada, por los caminos del barrio de Serraseca, en la parroquia oiense de Viladesuso. Con el recuerdo vivo de las riadas que sufrieron en 2006 y que también afectaron a Sabarís, en Baiona, y a la parroquia de Pedornes, en Oia, amanecieron ayer las familias que residen en esta zona donde empieza a preocupar la efectividad de las obras y medidas adoptadas desde entonces para evitar las inundaciones.

Plácido Rial, vecino del barrio, fue uno de los primeros en darse cuenta de la furia con que el agua empezaba a hacer estragos en el río que atraviesa la zona. "Las piedras cantaban que algo anormal estaba pasando, sonaban con una fuerza que no era corriente", apuntó. Eran sobre las cuatro y media de la madrugada y los caminos habían empezado a anegarse.

"Fue muy poco tiempo, por eso no llegó a más", señaló por su parte Maruja Fernández, que dedicó toda la mañana a achicar el agua y limpiar su bodega de lodo. "Nada que ver con lo de la otra vez", reconoció, "pero nadie nos quita el miedo a que pueda volver a pasar".

Al amanecer, los vecinos comprobaron cómo la corriente había destruido los muros de contención construidos en ambas márgenes del río tras las riadas de hace tres años. "Cuando arreglaron el puente quedó mal hecho y la corriente choca contra la pared de piedra y la va minando poco a poco", explicó José Salinas, otro vecino de la zona y propietario de una de las fincas afectadas por los derrumbes de ayer.

Nadie quiere acordarse del otoño de 2006, pero cada vez que amenaza temporal se les hace un nudo en el estómago, como en el caso de Manuel, que vio cómo el torrente se llevaba por delante un galpón que utilizaba como garaje. "Quieras que no te preocupas", indicó.

Pero los nefastos efectos del agua no sólo se hicieron visibles ayer en Oia, también Sabarís se llevó lo suyo haciendo evidente que las obras llevadas a cabo para encauzar el río Groba "no habían quedado bien", señaló el alcalde de Baiona, Jesús Vázquez Almuiña, que en numerosas ocasiones ha denunciado que las obras antirriadas en esta zona no estaban completas.

Parte de una de las paredes de granito levantadas sobre el lecho fluvial se vino abajo cerca de la desembocadura, lejos de las casas, por efecto de la tromba nocturna. Aunque el riesgo de desbordamientos no parece inminente dada la profundidad del cauce, la preocupación aumenta ante las previsiones meteorológicas del fin de semana. Augas de Galicia se ha comprometido a reparar los daños lo antes posible.




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