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La Voz de Galicia

GALICIA


Las depuradoras castigan la ría viguesa


08/10/2009 | Carlos Punzón


La planta del Lagares es uno de los focos de mayor contaminación marina de Galicia y agrava los vertidos incontrolados y los fallos de las redes del entorno de la bahía

Las imágenes muestran un vertido de fecales de la depuradora del Lagares y cinco tuberías que vierten en la playa de Saiáns

La ría de Vigo concentra solo el 18% de los vertidos contaminantes graves que se registran en la costa gallega, pero sin duda es el escenario de uno de los mayores desmanes ecológicos de la comunidad. Casi 40 millones de litros de aguas residuales sin ningún tipo de tratamiento van a parar cada día a través de emisarios submarinos al centro de la bahía o buscan el cauce desde tuberías más o menos disimuladas en la costa. Pero además, otros 120 millones de litros se mezclan cada jornada con el mar únicamente con una depuración primaria e incapaz de pasar el más benévolo de los análisis sanitarios.

La inmensa mayoría de las ocho plantas depuradoras instaladas en las nueve localidades que tocan las aguas de la ría sufren carencias graves que les impiden funcionar con normalidad y provoca que más veces de lo deseable el caño libre deje su rastro en el agua y en las inmediaciones de varias estaciones de tratamiento. La de Vigo es desde el 2001 objeto de advertencias de Bruselas, al estimarse al poco tiempo de su construcción que su diseño y equipamiento era insuficiente e inadecuado para asimilar los residuos de las más de 400.000 personas a las que, sobre el papel, debería dar servicio.

Los informes realizados por la Xunta apuntan a la planta del Lagares como el principal foco de contaminación de la ría, hasta el punto de que cerca del 90% de los vertidos con coliformes de toda la bahía tienen su origen en dicha instalación. El anterior Ejecutivo autónomo calificó la incidencia de la segunda de las depuradoras existentes en Vigo como «el mayor problema medioambiental de Galicia», pero pese a ese calificativo, ni su gestión, ni la de los Gobiernos anteriores, ni la del actual ha conseguido variar la incidencia de la planta, que debería ser sustituida en el 2011 por otra totalmente nueva. Las advertencias de la Unión Europea respecto a la presencia de coliformes fecales en la aguas viguesas y la multa millonaria que puede volver a pender sobre la Administración española por esa causa no han sido suficientes para poner de acuerdo a Gobierno central, Xunta y Ayuntamiento para iniciar unas obras que ya no podrán ser acabadas antes del 2015.

Idéntico problema

Pero la de Vigo no es la única depuradora que castiga a la ría. La de Cangas recibe también más caudal del que puede gestionar; la de Vilaboa colecciona banderas negras, como la de Redondela denuncias por sus deficiencias, que ahora se pretenden subsanar con años de retraso. La de Soutomaior es noticia cada poco tiempo por sus vertidos, como le pasa a la de Nigrán, mientras Baiona lanza sus residuos a la boca de ría a través de un emisario mientras no se concluye su futura estación de tratamiento, y Gondomar, que pese a no lindar con la costa, disimula a través del río Miñor sus notables deficiencias. Por eso las depuradoras son el principal problema de la ría.



La mejor playa del mundo convive con un arenal urbano en peligro

El contrasentido de la ría de Vigo se refleja en dos de sus playas más emblemáticas. La de Rodas, en las Cíes, acuña el galardón de la mejor playa del mundo, a juicio del diario británico The Guardian. Enfrente, la de Samil «sufre una situación muy crítica desde el punto de vista de uso para el baño», tal y como indica un estudio de la sociedad pública Aguas de la Cuenca Norte.

La incidencia de las mareas y sus recorridos, sumada a la extrema presión que la mancha urbana ejerce sobre la bahía, permite la dualidad. La ría recibió entre 1995 y el año 2000 cien millones de euros en inversiones para saneamiento y está previsto que absorba 300 más en los próximo años, pero los vertidos de todo tipo parecen no tener aún remedio. Hasta 271 puntos ha detectado la Xunta en la ría viguesa, de los que 73 son considerados graves. La inexistencia de redes de saneamiento en algunas zonas, la mezcla de aguas residuales y pluviales y la acción de la industria, especialmente conservera, acompañan a los defectos de las depuradoras en el crítico escenario de la ría.




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