El icono ideado por el arquitecto francés Jean Nouvel para el puerto de Vigo acaba de engrosar definitivamente el cajón de los proyectos frustrados para la comunidad al declararlo «definitivamente enterrado» la presidenta de la Autoridad Portuaria viguesa, Corina Porro. La ex alcaldesa quiere explicar su decisión única y exclusivamente por la supuesta inviabilidad económica, técnica y hasta legal de la obra, valorada en 260 millones de euros y que tenía en un edificio de 117 metros de altura y en sus colores cambiantes su máximo referente.

Porro niega, además, que el rechazo al conocido como plan Nouvel se haya generado por haber sido un proyecto ideado por su rival y actual alcalde, Abel Caballero, cuando este presidía el Puerto vigués. El PSOE local mantiene justamente lo contrario y reitera que el abandono del proyecto diseñado por Nouvel fue decidido por Corina Porro para evitar darle a su futuro rival por la alcaldía en el 2011 una baza electoral.

Por ese motivo, los socialistas piden la dimisión de la presidenta del Puerto, sobre todo después de que Puertos del Estado, la institución presidida por Fernando González Laxe, emitiese un comunicado en el que mantiene que el plan Nouvel «podría suponer un revulsivo de enorme envergadura para la revitalización y captación de nuevos tráficos y serviría de atractivo para los pasajeros que recalen en el puerto». Pese a la afirmación, Puertos del Estado admite no conocer el proyecto, por lo que la ex alcaldesa no duda en atribuir dicha misiva al fruto de las presiones del alcalde a dirigentes de su partido.

Anulación tras un recorte

La anulación del proyecto se produce después de que el sucesor de Abel Caballero en el Puerto, Jesús Paz, simplificase la idea inicial de Nouvel y convirtiese el monolito celta pensado para acoger un hotel de lujo en un edificio con la misma altura pero con la mitad de volumen para albergar la torre de control y comunicaciones del puerto y del tráfico marítimo de la zona, dependencias portuarias, comandancia, Guardia Civil del Mar, otras instituciones públicas del sector y oficinas privadas. Porro es taxativa: «No hace falta ese espacio para dependencias portuarias y el precio previsto para las oficinas es seis veces superior al del centro de la ciudad».

Costear esas oficinas con fondos europeos, como propuso Caballero, es, para la ex alcaldesa, ilegal. El PSOE no lo ve así, y pone como ejemplos de subvención europea las otorgadas a la construcción de las torres de control marítimo de A Coruña, Valencia, Barcelona o Algeciras. «Es un servicio del que Vigo carece y que, además, podría solucionar los fallos de comunicaciones que se producen cuando un trasatlántico atraca en la estación marítima y hace efecto pantalla», argumentan desde las filas socialistas.

En todo caso, el plan Nouvel solo estará vivo a partir de ahora para la polémica política.